ConoSer Bien
El débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes.
Mahatma Gandhi
El perdón es un concepto que ha sido tratado desde la más remota antigüedad. En la cultura griega, Eleos era la personificación de la diosa de la misericordia y el perdón, se consideraban que entre todos los dioses era la más útil para la vida humana en todas sus vicisitudes, ella tenía un altar en el ágora de Atenas.
Para la mitología romana Clementia, equivalente a la griega Eleos, era la deidad que representa el perdón, la compasión y la misericordia. Se vuelve una deidad romana por haber sido una virtud célebre de Julio Cesar, quien es conocido por su indulgencia, sobre todo después de la guerra civil del año 49 a. C.
Perdonar y perdonarse es una decisión, una actitud, un proceso, una forma de vida deliberada, voluntaria y consciente, de dejar atrás el resentimiento y la ira con la finalidad de estar bien con uno mismo, antes que con los demás. El perdón a nosotros mismos es el proceso de aprender a amarnos y aceptarnos pase lo que pase.

El perdón nos libera de sentimientos negativos, como el rencor, resentimiento, enojo, dolor, ira, e implica estar dispuesto a aceptar la responsabilidad de las propias percepciones y nos permite cambiar éstas las veces que sea necesario.
La palabra “perdonar” viene del latín perdonare y significa “dar completamente, olvidar una falta, librar de una deuda”. Sus componentes léxicos son: el prefijo per- “completamente, total” y donare – “regalar”. El Diccionario de la Real Academias Española define el perdón como: 1. Acción de perdonar; 2. Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente; 3. Indulgencia (remisión de los pecados).
Los errores forman parte de la vida, cada error que cometemos se convierte en una lección de sabiduría, transformando los obstáculos en escalones ya que todas las vivencias nos servirán de experiencia y serán para nuestro bien. El errar es equivocarse y al hacerlo afectamos a los demás, o nos afectan, y por lo tanto, hay que corregir y esto se hace mediante el perdón ya sea a los demás o a uno mismo.
El perdón es una decisión que nos permite y nos habilita ir de fracaso en fracaso sin perder nunca el entusiasmo.
El perdón es un acto mencionado en la Biblia, en Mateos 18:21-22 se dice que, en una ocasión, Pedro preguntó al Salvador: “Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?” “Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”.
Al parecer, Pedro pensaba que siete era el número suficientemente alto para perdonar tantas veces, y que la benevolencia debía tener sus límites. En respuesta, el Salvador básicamente le dijo a Pedro que “cuando se perdona no se calcula” que no pusiera límites al perdón.
Obviamente el Salvador no estaba fijando un tope de (70×7) 490 veces, usó el cálculo de setenta veces siete como metáfora de Su expiación infinita, Su amor inagotable y Su gracia sin límites.
Pero ¿Qué significado se oculta en perdonar 70 veces 7 en la numerología hebrea?
70 veces 7 corresponde a 70×7=490 y reduciendo 4+9+0=13. Este valor de 13 se puede obtener haciendo uso de la gematría, que consiste en un método de interpretación de nombres, palabras y frases hebreas basada en la asignación de valor numérico a cada carácter del alfabeto hebreo y si el código numérico resultante es el mismo existe alguna relación.
Para este caso, en hebreo la palabra “amor” es “Ahavah”, que corresponde a las letras hebreas: Alef-He-Bet-He, con su correspondiente valor: Alef=1; He=5; Bet=2 y He=5 y al reducirlo (1+5+2+5) resulta el valor de 13. Así mismo, en hebreo la palabra “Uno” con el significado de “Unión”, es “Ejad”, correspondiendo a las letras hebreas Alef-Het-Dalet, correspondiendo a los valores: Alef=1; Het=8; Dalet=4, que al reducirse (1+8+4) resulta 13, resultando igual al código numérico de “amor”.
La gematría mística indica que si los códigos numéricos son los mismos hay un vínculo que los hace ser iguales, por lo tanto, Ahavah y Ejad se relacionan en el nombre sagrado de Dios, el Tetragramatón, que en hebreo es Iod-He-Vau-He y por gematría Iod=10; He=5; Vau=6 y He=5, reduciendo (10+5+6+5) resulta 26, es decir, la suma de dos veces 13.
Como 13+13=26 podemos decir: Que el “Amor” (Ahavah) sumado a la “Unidad” (Ejad) da como resultado “la naturaleza de Dios”.
Ello nos confirma que “Dios es el amor y la unión”, ya que 13 sumado a 13 nos da 26. En consecuencia, si hay amor, pero no hay unión o si hay unión, pero no hay amor, nos quedamos a la mitad del camino.
La verdadera intención de perdonar 70 veces 7, según la Biblia, de acuerdo a la numerología, implica un verdadero esfuerzo de amor y unidad, así como un profundo cambio que se efectúa en el corazón (en lo más íntimo del ser) y en el modo de pensar de quien perdona lo cual significa adoptar una nueva actitud en cuanto a la vida en general, conduciendo a un progreso espiritual.
Se ha visto también que el perdonar produce varios beneficios como: mejorar la salud; la autoestima se eleva; se incrementa la confianza en sí mismo y libera al individuo del rencor. El perdón cierra episodios dolorosos que roban energía y afectan el rendimiento personal.
El perdonar a los otros resulta fundamental para nuestra paz interior y nos ofrece la oportunidad de sanar, tanto internamente como en nuestras relaciones.
En consecuencia, amable lector, si queremos un progreso espiritual, practiquemos el don de perdonar, a nuestros semejantes y a uno mismo.

Jorge A. Rodríguez y Morgado, titular de la columna y el programa ConoSER bien. Twitter: @jarymorgado, correo electrónico: jarymorgado@yahoo.com.mx. Colaborador destacado de: Sabersinfin.com