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El último grito del algoritmo en el arte (Artículo)

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Imagen: Pixabay.

En mi artículo anterior propuse un ejercicio para apreciar una obra de arte clásica, en este caso la pintura Ronda De Noche de Rembrandt.

La idea es observar las características de la obra, cuerpo, espacio, tiempo, el estilo, el lenguaje, el sello personal de su autor y considerando en esos elementos, pensar un poco si tal imaginación, creatividad y genio de un individuo, un ser humano, puede ser equiparable, o hasta dónde puede serlo frente a lo que un ser técnico, un programa diseñado por expertos en inteligencia artificial (IA) es capaz de producir.

Pero antes quisiera compartir cuestiones relevantes sobre este asunto y Rembrandt tendrá que esperar.

Quiero referirme a lo que pasa en el segundo caso que he señalado arriba. El productor de la obra es un algoritmo al que se alimenta con datos, información seleccionada que organiza, amalgama, mezcla detalles– mi ignorancia en esta materia me lleva a pensar en una especie de coctel al que se añade un poco de aquí, un poco de allá, un color más acá, líneas así y asado, etc.-, de ciertas obras, ciertos autores elegidos según criterios que están en función de lo que se desee experimentar y cuya única justificación depende de los intereses, conocimientos, capacidad de estos técnicos expertos, quienes supongo, tampoco conocen “a ciencia cierta” el resultado final (o resultados).

Sin despreciar por supuesto la alta calificación tecnológica de los programadores para lograr un programa tal que arroja una obra (o varias), a la que hoy día muchos consideran una “obra de arte” digna de exhibirse en museos internacionales que preservan las grandes obras de artistas consagrados.

Una muestra del impacto de la IA en el arte en años recientes fue la venta de una pintura en una subasta de Casa Christie. En efecto, en 2018, por primera vez en la historia se subastó un cuadro creado por un programa de Inteligencia Artificial. Por increíble que parezca -de cual fueron testigo los asistentes a la subasta-, la reconocida Casa Christie fue la subastadora de la pintura Edmund de Belamy, orgullo del grupo de diseñadores Obvious (1), alcanzando el precio de $432,000 dólares.

Edmond de Belamy

Después de semejante acontecimiento, entre 2019 y 2022, esta pintura y otras obras elaboradas por el mismo Obvious, recorrieron museos de prestigio, galerías, ferias, exposiciones especiales en varios países, mostrando los logros de esta vertiginosa tecnología.

En Quebec, el Museum of Civilization –que representa uno de los principales centros de investigación y desarrollo de IA–, montó la exposición “La tête dans le nuage: la révolution en marche” en la que se exhibieron las obras de Obvious y otros artistas.

Vale señalar el propósito de dicho museo: “Abordar la cuestión de las bases de datos relativa a la innovación, en un mundo en que toda interacción queda registrada y almacenada. La idea es educar sobre las acciones de las corporaciones y gobiernos, en términos de la recolección de datos y su uso y desplegar el poder de los algoritmos para el manejo de la data [big data]» (2).

Fecha límite de envío de poemas: 15 de octubre de 2023.

Sin duda es algo inédito que el Hermitage, abriera sus puerta a las obras producidas por la tecnología de IA, presentando a los artistas más innovadores “ubicados en la intersección del arte y la ciencia”. Lo mismo que el King Fahad Cultural Center en Riyadh, donde se montó una gran exposición: “Artificial Intelligence and Intercultural Dialogue” en la que alternaron obras de Obvious, el gran Kandisky y artistas de diez países que “comparten el rasgo de acoger la IA”. En 2022, el Haus der Kunst Museum de Munich fue el anfitrión de la exposición “Twilight of the idole”, exhibiendo trabajos físicos y digitales “en torno al arte de IA y nuevos medios creativos”. La Universidad de Tsinghua, expuso obras de Obvious en el Museum Nacional de China, junto a otros artistas plásticos; tambiém en el Aiiii Art Center Shangahi se apreciaron las obras de Obvious resultado del uso de GAN (3) En la exhibición de la Lebenson Gallery de Paris, se lanzó la tercera la serie llamada “Facets of AGI”. Y la lista continua.

El rasgo común para exponer obra de IA o IAG, es la apertura a las nuevas expresiones tecnológicas. Ante el asombroso desarrollo de la IA, nadie quiere quedarse atrás en mostrar a su público, lo que he dado en llamar el último grito del arte del algoritmo.

La exposición que más llamó mi atención fue la realizada en el Non-Fungible Castel del Lobkowicz Palace. Uno de los museos más emblemáticos de la Republica Checa y el único palacio propiedad privada dentro del complejo del Castillo de Praga de mediados del siglo XVI.

The House of Lobkowicz como se denomina, pertenece a una familia que posee una de las colecciones de arte más antiguas y finas. Su misión: “Compartir el pasado para inspirar a otros en la creación del futuro”. Y por lo tanto, “la preservacion de la herencia cultural está en el corazón de tal búsqueda”.

El Non-Fungible Castle, construido en 2022 forma parte de esa misión, lo cual se proponen lograr “por medio de la creación y exposición de NFTs que además, servirán como un record cultural permanente para el museo”. La idea es explorar la intesección el arte, la cultura tradicional y la tecnología detrás de los NFTs (Non Fungible Tokens), no sólo novedosa y sino redituable, una consideración atractiva.

Es posible que Obvious sea uno de los grupos que utilizan la IA para hacer arte, de mayor éxito, sus obras han penetrado los espacios consagrados a la exposición de las bellas artes, tal como las hemos concebido hasta hace poco tiempo.

Sin duda, la incursión de la IAG en el mundo del arte es un fait accompli. Pude identificar en la red un par de docenas de artistas líderes en este campo. Poder acercarse a sus trabajos es una oportunidad para observar y reflexionar sobre este asunto.

Por cierto, he podido presenciar un uso de IA como herramienta de apoyo, no como medio para crear una obra, sino para trasladarla a un espacio virtual multidimensional, preservarla y compartirla como un NFT, que permitirá incluirla en la tecnología blockchain.

Quiza aún es prematuro emitir un juicio sobre la magnitud y profundidad de los efectos de esta tecnología. Tendrá que ser evaluado como parte de un cambio histórico, socio cultural radical en muchos aspectos y que afecta cada vez más espacios de la vida diaria.

Pero, si se trata de hacer una crítica de las cualidades de una obra, su perfección, su carácter único, su trascendencia y todo aquello que la distingue y coloca por encima de otras obras, entonces, el momento histórcio y las condiciones sociológicas no bastan.

Según Hauser, historiador del arte, bajo ciertas circunsancias, el valor estético de una obra no tiene nada que ver con su significación histórica, es decir, la sociología puede hallar los orígenes de los elementos de que se compone una obra de arte, pero estos elementos pueden ser los mismos en obras de diferente calidad.

En esta medida hoy más que nunca, las diferentes teorías enfocadas al estudio del arte y sus elementos, valores, principios, evolución, contexto histórico, condiciones particulares tienen mucho que decirnos.

Las corrientes clásicas (la historiografía a los enfoques multidisciplinarios, pasando por el formalismo, el positivismo, la iconografía, la sociología del arte y el psicoanálisis del arte, el enfoque feminista e incluso el uso político del arte), así como los autores representativos de cada corriente (pienso en los clásicos desde Vasari, Tainne, Wölfflin, Hauser, Gombrich, Panofski, Parker y otros más recientes), sus criterios precisos, ordenados, justificados según cada perspectiva, pueden iluminar nuestra visión, ayudarnos a discernir y valorar la obra de arte.

Aunque no existe una única visión ni una sola metodología, ni una manera “correcta” de entender e interpretar el arte, sí hay teorías, lineamientos, criterios, principios, herramientas que posibilitan la apreciación del arte. Sostengo todavía, que una obra que no es producto del espíritu humano (¿hay otro?), de las pasiones como las identificó y clasificó sabiamente Santo Tomas de Aquino y que reflejan una sensibilidad, ingenio, imaginación, incluyendo la historia de una vida propia!! -de lo cual carece la obra de IA-, ¿cómo puede considerarse arte?

¿Será que tendremos que esperar una nueva definición que remita a un algoritmo especializado en producir algo llamado arte, y que dada una serie de cualidades y razones novedosas principalmente, pueda ser expuesto en los mejores museos del mundo? Podemos explorar algunas respuestas en próximas ocasiones.

Lugares consultados:
https://obvious-art.com.
https://www.domêstika.org/es/blog/11020-que-es-el-arte-ia-como-usan-los-artistas-la-ia-y-como-puedes-hacerlo-tu#.
https://www.domestika.org/es/blog/10328-12-artistas-referentes-en-inteligencia-artificial.
https://www.lobkowicz.cz/en/lobkowicz-palace.
https://paperswithcode.com/method/gan.

1.- Este colectivo ha creado programas -como el Generative Adversarial Networks (GAN)-, básicamente se trata de algoritmos. De acuerdo a la RAE: 1. conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema, 2. Método y notación en las distintas formas de cálculo), para producir, entre otros, obras de arte.

2.-Dos afirmaciones llamaron mi atención. Una, el reconocimiento explícito de un mundo donde todos estamos “vigilados”, nuestras acciones e interacciones ‘se registra y se almacenan’. La otra es que sorprende, que no se titubee en señalar que “hay que educar” a organismos y gobiernos en cómo recolectar y hacer uso de la información, aprovechando la IA.

3.- Generative Adversarial Networks, para una explicación ver: https://paperswithcode.com/method/gan.

Beatriz Acuña G.