ConoSer Bien
La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que rinde honores al sirviente y ha olvidado al regalo.
Albert Einstein
Para Albert Einstein lo único verdaderamente importante era la intuición. Esa sutil capacidad que nos hace en poco segundos decidir ir hacia un lado o hacia otro. Tema, por cierto, ampliamente estudiado y analizado por la ciencia.
Howard Gardner (1943), psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard, conocido por sus investigaciones en el análisis de las capacidades cognitivas y por haber formulado la “Teoría de las Inteligencias Múltiples”, nos habla de la necesidad de desarrollar en la actualidad un tipo de “Inteligencia Intuitiva”, esa que nos da el poder ser más receptivos a nuestro mundo interior.
El Diccionario de la Real Academia Español da a la palabra intuición las siguientes acepciones: a) Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento; b) Percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad que aparece como evidente a quien la tiene; c) Visión beatífica.
La palabra intuición viene del latín intuitio derivado del verbo latino intueri, con el significado de tener la vista fija sobre algo, fijarse en, contemplar y ver con absoluta claridad; compuesto de in -“en, dentro” y del verbo tueri –“contemplar, observar, mirar”.
Desde la más remota antigüedad la intuición ha sido contemplada en diferentes culturas. En la mitología egipcia, Sia o Saa es la personificación de la intuición que ayuda a tomar las decisiones correctas. En la mitología griega, Aglaya la más joven y bella de las tres Cárites, simbolizaba la inteligencia, el poder creativo y la intuición del intelecto.
A nivel filosófico y epistemológico, la intuición está relacionada al conocimiento inmediato, directo y autoevidente. No requiere, por lo tanto, de ningún tipo de razonamiento (deducción, inducción o analogía).
Al ser una fuente irracional, en muchos casos, se desconfía de la intuición, no es tomada en cuenta, o queda relegada frente al conocimiento intelectual, que suele ser concebido como más confiable o correcto.
En las culturas de oriente, para hacer conciencia sobre el desarrollo de la intuición, se hace uso del siguiente cuento tibetano que se basa primordialmente en
centrarse en que “lo que buscas, está delante de ti”, esto a partir de la pregunta ¿Cuántas veces nos encontramos pidiendo respuestas, señales, claves, formas de resolver un problema, o de conseguir un objetivo? Para ayudar a responder el cuestionamiento anterior se emplea el siguiente:
Cuento Tibetano¹
Eran tiempos difíciles… y un hombre susurró:
-Gran Espíritu, habla conmigo, te necesito…
Y un ruiseñor comenzó a cantar
Pero el hombre no lo escuchó…
Entonces el hombre repitió:
¡Gran Espíritu, por favor!, ¡habla conmigo!
Y el eco de un trueno se escuchó…
Mas el hombre ensimismado no fue capaz de oír.
El hombre salió, miró a su alrededor y dijo:
¡Gran Espíritu!, ¡déjame verte!
Y una estrella brilló en el cielo…
Pero el hombre no la vio.
Entonces, ya desesperado, el hombre comenzó a gritar:
¡Gran Espíritu!, ¡muéstrame un milagro!
Y un niño nació…
Pero el hombre no fue capaz de sentir el latir de la vida.
Entonces el hombre comenzó a llorar y dijo:
¡Gran Espíritu!, ¡tócame y déjame saber que estás aquí, conmigo!
Y una mariposa se posó suavemente en su hombro.
Pero el hombre la espantó con la mano, y desilusionado continuó su camino, triste, sólo y con miedo.
La moraleja de este cuento es que “La vida está llena de señales. Sólo tenemos que aprender a ver con los ojos del corazón”.
Es por ello, que, para desarrollar una mente intuitiva, en primer lugar, se debe “asumir” que eso que se está buscando “está aquí, frente a ti”. En segundo lugar, se tiene que confiar en “uno mismo” y en la capacidad personal de “dar con ello”. Al igual que se parte de que eso que se busca está “delante de ti”, se tiene que partir de que “se tiene el poder de encontrarlo”. La apertura mental y la serenidad mental van a permitir sentir, de diferentes formas, eso que se está buscando.
Para escuchar nuestra intuición es necesario entrenar la mente ya que una mente receptiva y clara es muy poderosa. La “apertura mental” y la “atención” tienen un papel fundamental a la hora de crear tu realidad puesto que “Cuando logramos serenar la mente, se abren los ojos del corazón”.
La intuición, amable lector, nos ayuda a relacionarnos con el mundo a través de nuestros valores, experiencias pasadas y la información almacenada en nuestro inconsciente, involucrando a este conocimiento sensaciones, emociones y lo que comúnmente se conoce como “presentimientos”, los cuales representan valiosos aportes a la hora de valorar la realidad.
Por lo tanto, siempre que nos sea posible tratemos de desarrollar la intuición.
Jorge A. Rodríguez y Morgado, titular de la columna y el program ConoSER bien. Twitter: @jarymorgado, correo electrónico: jarymorgado@yahoo.com.mx. Colaborador destacado de: Sabersinfin.com
Referencia:
- https://www.razonesyemociones.com/sabiduria-interior/cuento-tibetano-desarrollar-una-mente-intuitiva